lunes, 4 de junio de 2018

Jugamos a Secret Hitler


De todos los juegos que hemos llevado a la mesa últimamente, el que ha tenido la recepción más apabullante es Secret Hitler (Goat Wolf & Cabbage, 2016), un juego que inició su andadura por micromecenazgo y al que el boca a boca le ha funcionado tan bien que a día de hoy está totalmente agotado, descatalogado, y multitud de versiones, copias piratas y print & plays circulan por internet para intentar satisfacer la increíble expectación y demanda que ocasionado el juego.

En nuestro caso, llegamos a él a través de una recomendación entusiasta de Chema Pamundi en su canal de Youtube. Como decía, el juego ahora mismo es inencontrable, pero nos hicimos con una copia a través de Aliexpress, y pensando que sería una de las imitaciones chinas que han circulado, con los materiales de baja calidad, nuestra sorpresa fue que nos llegó una copia auténtica del juego, de caja rectángular, tableros rígidos y elementos de juego de madera. Una apuesta a ciegas que salió bien.


Secret Hitler es un juego de identidades ocultas, en el que pueden jugar entre 5 y 10 jugadores, y de momento sólo en inglés, en el que encarnamos el papel de liberales o fascistas. Al principio de la partida, los fascistas se reconocen entre ellos, excepto Hitler, que hace un gesto. De manera que los liberales no saben quiénes son, los fascistas saben quién es liberal, quién es fascista y quién es Hitler, y Hitler no sabe quiénes son sus compañeros de partido. Cada turno se divide en dos partes: en la primera, el presidente (cargo rotatorio) elige a un canciller y toda la mesa vota su investidura. Si salen elegidos, el presidente toma tres cartas de leyes (liberales o fascistas) y descarta una. Le da las dos que quedan al canciller, que debe descartar una y promulgar otra, poniéndola encima del tablero. Los liberales ganan cuando son promulgados cinco leyes liberales, y los fascistas, cuando sean promulgadas seis leyes fascistas. Los liberales también pueden ganar una vez el presidente tenga el poder de matar a uno de los personajes y elija a Hitler. De la misma manera, los fascistas pueden ganar directamente cuando, a cierta altura de la partida, Hitler sea elegido canciller en votación.

A grandes rasgos esas son las reglas del juegos. Secret Hitler se convierte en un juego de deducción de roles frenético y en el que prima, sobre todo, la astucia a la hora de interpretar las posibles estrategias, e incluso el lenguaje verbal y no verbal de los jugadores.  Las posibilidades que da el juego son enormes: puede que un gobierno liberal se vea forzado a promulgar una ley fascista porque las cartas han sido adversas (otra cosa es que el resto de jugadores les crea), o incluso la promulgue a sabiendas porque quiere llegar a la fase donde el presidente pueda matar a un jugador porque sabe quién es el fascista... Los fascistas, por otro lado, intentarán por todos los medios intentar hacerse pasar por liberales. Las mentiras y los silencios en este juego son determinantes para intentar vislumbrar una estrategia.


Una de las cosas que hacen interesante este Secret Hitler para alumnos de 4º de ESO o Bachillerato es el proceso que lleva a un gobierno a radicalizarse. A medida que se van acumulando las leyes fascistas, el presidente del gobierno tiene cada vez más poderes concentrados, que van desde poder ver la identidad de algún jugador, pasando por matar a uno de ellos o ejercer el derecho de veto a alguna ley. Esa inercia puede ser usada por los dos bandos, tanto el fascista para ir eliminando enemigos, como por los liberales, que se ven obligados por las circunstancias a salvar la democracia usando métodos poco democráticos. 

El juego, decíamos, puede ser jugado a partir de cinco jugadores, puesto que los fascistas siempre han de estar en minoría (partida mínima: 3 liberales y 2 fascistas), hasta diez. Las partidas pueden ir desde los 20m., si es un grupo pequeño, hasta fácilmente 45m. si es un grupo grande, aunque hemos llegado a jugar partidas exprés de 10 minutos en tiempo de recreo. El juego en gran grupo (6 liberales y 4 fascistas) consigue crear un estado de tensión y nervios épico. Lo mejor es la ronda de deducciones que puede hacerse tras promulgar una ley: ahí es muy interesante escuchar, y sobre todo, ver, las teorías en las caras de los jugadores. Los alumnos del Aula de Juegos se han vuelto locos con el juego, y las peticiones de partidas y de querer entrar en el juego han hecho que incluso consientan jugar en parejas para así poder participar. Creo que nunca en la corta historia de nuestra Aula de Juegos un juego había tenido tanta aceptación como éste. 

Secret Hitler hace poner en juego las habilidades de nuestros chicos en cuanto a formular hipótesis, hacer cálculos de probabilidad, lectura de lenguaje no verbal, perspicacia, y desarrollo de estrategias en las que incluso se acepte tomar una cierta desventaja (formular una ley adversa, matar o delatar a un compañero de equipo) para poder obtener más información.

Secret Hitler es un juegazo. La cuestión ahora será si se quema rápido o si se cansan rápido de él.


Secret Hitler (Goat Wolf & Cabbage, 2016) · BGG
Num. de jugadores: 5-10 (con preferencia para grandes grupos)
Edad: +13 (puede rebajarse a +12)
Duración: de 15 a 45m.
Precio: 35€ aprox.











Valores didácticos
· Académicos: contenidos de Ciencias Sociales de 4º d ESO y 2º Bachillerato; ascenso del fascismo desde la democracia, reflexión sobre la concentración de poderes, creciente paranoia sobre quién es quién.
· Habilidades sociales: comunicación no verbal, lenguaje corporal, elocuencia, ocultación de roles, toma de decisiones, asunción de riesgos.





Valoración
9/10
De la misma forma que otros juegos de roles ocultos, Secret Hitler es un juego para disfrutar en grandes grupos. Los que hayan jugado ya a Los Hombres Lobo de Castronegro o similares entenderán en seguida la mecánica. 
Su temática lo hace ideal para jugadores a partir de 15 años que hayan estudiado este período de la historia.





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